En días pasados tuve oportunidad de leer a la actual Premio Nobel, Svetlana Alexiévich: Voces de Chernóbil!
La primer periodista que obtiene el máximo galardón de la literatura nos muestra, a través de entrevistas a protagonistas o testigos presenciales, aquel terrible suceso ocurrido el 26 de abril de 1986.
En una labor que no requiere de mayor intervención que las entrevistas en sí, la autora toma las vivencias de la población de Pripiat (y otras cercanas), donde en su mayoría habitaban quienes tuvieron el primer impacto y consecuencias de la expulsión de uno de los cuatro reactores de la planta nuclear de Chernóbil.
A lo largo del libro, podremos apreciar no solo actos de heroísmo, sino los terribles efectos que, ignorado por los pobladores, tuvo la exposición indiscriminada a la radiación. Asimismo, la censura y el bloqueo informativo que impuso el gobierno soviético llamando incluso a la responsabilidad de un posible sabotaje occidental.
La obra es muy cruda, aunque necesaria, pues es, precisamente la voz de quienes durante muchos años no la tuvieron.
La conclusión al final es amarga y te deja una sensación de que el progreso siempre lleva su cuota de muerte!
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