Llegar de la estación Tacubaya a Balderas de por sí es una odisea, más si se viaja en la llamada hora pico y si se lleva la mochila con la laptop y la del lunch, no es tan fácil si luego tomar el Eco Bus a Santa Fe después de esperar una hora más en una fila interminable, eso, eso no es de Dios, esas son cosas que atormentan, sobre todo si tu hora de entrada a la chamba es la hora súper godín que muchos corporativos tienen establecida y mucho más grave, cosa terrible por demás, si a alguno le tocó el primer día, de los muchos días del "Doble Hoy No Circula".
Entrando un poco en estadísticas, se estima que diariamente los viajeros frecuentes en México que usan el transporte colectivo son más o menos el 68% de la población en México, según datos de 2014* y que no suelen variar y menos para la ciudad capital. Se supone que estos viajeros deberían gozar de algún privilegio, de algún tipo de beneficio que les diera al menos un asiento cómodo hasta su trayecto final, lo cierto es que no es así, de este 68% de ciudadanos honrados o no tanto, que a diario tienen el mismo rigor en su rutina de desplazamiento, desde ciudades dormitorio o desde lugares remotos a los corporativos y a las obras en construcción, solo un 10% logra irse sentado, y eso con la suerte de encontrar el vagón vacío o partir desde la estación principal o la base de cualquier lugar, llámese Barranca, Balderas, Mixcoac, Indios Verdes u Observatorio, y a veces desde el mismísimo infierno.
Muchos críticos de la teoría de la conspiración han catalogado el problema del transporte público como una cuestión que amenaza la seguridad nacional, un problema que se podría comparar con el agujero en la capa de ozono de la Antártida, o un problema como el cólera, el dengue o las calamidades más terribles de cualquier siglo, enumerar todo esto, con tanta severidad solo lleva a un punto de inflexión, y es que la superpoblación nos tiene al borde del colapso, una necesidad incontrolable de reproducción la mala o poca planificación en medios de transporte público, escasa inversión y reglas flexibles para conductores y chalanes, de cualquier manera, sin ánimos de exagerar es una plaga que hace que estemos al borde de la extinción.
Volviendo a lo que nos trajo a este periplo, el primer día del Hoy no circula, este 68% de ciudadanos hormiga en movimiento, se disparó a un 88%, con decirles que la estación Tacuba, en cualquier dirección, tenía más gente que la que la que asistió al funeral de Lenin o el funeral de Mao. En la superficie, la cosa no era para menos, los andenes del Metro Bus estaban a reventar y se podían ver pasar peceros y camiones de RTP como latas de sardina, gente colgando en ambas puertas, y lo más curioso de todo, más humo del acostumbrado.
Ese día muchas anécdotas cerraron este ciclo diabólico, aunando a la inexperiencia de los nuevos usuarios, todos ellos de esa clase de ciudadanos físicamente incapaces de caminar más de una cuadra y que usan el coche para todo, la conclusión, estos desgraciados fueron los culpables de la desdicha y malestar de los viajeros frecuentes, expusieron su inexperiencia y pusieron en peligro a mucha gente, muchos con sus teléfonos inteligentes y sin un mapa, pues hacían más filas preguntando de incautos, “Oiga cómo llego a Patriotismo” y es que recapitulando, esa gente no está hecha para tan grande reto, y lo curioso es que lo lograron.
Se supo por ejemplo de una familia de menonitas quienes habían dejado atrás su tradiciones, e insertados en la gran ciudad por la gracia de Adan Smith, se vieron obligados a dejar de usar el metro y emprendieron viaje a San Joaquín en carreta, “no pasa nada”, dijo el padre, "al cabo no tenemos placas ni engomado, y el caballo se mete por donde sea", pero fueron enviados al corralón de Santa Fe y su caballo lo exhibieron en paseo de la reforma, ellos corrieron con una suerte espantosa, fueron enviados a Migración para ser devueltos a Checoslovaquia en vuelo Charter y luego deportados como criminales a su natal Alemania.
Otro caso tragicómico, fue un compañero de trabajo ejemplar Nicolo, quien usó el metro ese día, luego de que su coche del año premiado con el temible hoy no circula, pues este señor, tardó 3 horas desde la Narvarte hasta Lomas de Becerra. Calculando su tiempo, que habitualmente era de 40 minutos, tardó una hora más tratando de que el metro le diera un justificante con una excusa tan barata que ese día le doblaron la jornada laboral, sin posibilidad de regateo, además todos pensaban que estaba mintiendo y no le hablaron en la oficina ni la hora de la comida, que era su momento estelar.
Se supo por ejemplo de una familia de menonitas quienes habían dejado atrás su tradiciones, e insertados en la gran ciudad por la gracia de Adan Smith, se vieron obligados a dejar de usar el metro y emprendieron viaje a San Joaquín en carreta, “no pasa nada”, dijo el padre, "al cabo no tenemos placas ni engomado, y el caballo se mete por donde sea", pero fueron enviados al corralón de Santa Fe y su caballo lo exhibieron en paseo de la reforma, ellos corrieron con una suerte espantosa, fueron enviados a Migración para ser devueltos a Checoslovaquia en vuelo Charter y luego deportados como criminales a su natal Alemania.
Otro caso tragicómico, fue un compañero de trabajo ejemplar Nicolo, quien usó el metro ese día, luego de que su coche del año premiado con el temible hoy no circula, pues este señor, tardó 3 horas desde la Narvarte hasta Lomas de Becerra. Calculando su tiempo, que habitualmente era de 40 minutos, tardó una hora más tratando de que el metro le diera un justificante con una excusa tan barata que ese día le doblaron la jornada laboral, sin posibilidad de regateo, además todos pensaban que estaba mintiendo y no le hablaron en la oficina ni la hora de la comida, que era su momento estelar.
Así como esos casos, muchos más para el anecdotario de la desdicha, mujeres que no lograron ese maquillaje final, ni enchinarse las pestañas a gusto con la cucharita cafetera e irse viendo con el medio espejo, mucha gente literalmente, llegó al trabajo con el chongo a medias, mujeres embarazadas que otro día más no recibieron la cortesía del asiento para lisiados, y como siempre los de la tercera edad que fueron ignorados doblemente, otros tanto con surmenage, y la mayoría a parte de terminar odiando a Mancera más que a nadie en el mundo, terminaron preguntándose si algún día los legisladores de Morena, el PRD o los independientes, pudieran crear leyes que los protejan de esos advenedizos del Hoy No Circula, y por qué no, crear un Hoy No Circula para peatones, si unos sufren que los otros,lo hagan por partida doble.
* http://www.razon.com.mx/spip.php?article238834
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