martes, 12 de abril de 2016

Cuento (cortísimo) indígena para pelar papa.

“Y volveré como ladrón de noche a robarme tus miasmas” Roberto Luna Pietro, el trovador del Lavadero.

El hilo delicado que unía sus almas estaba hecho de un material parecido a la sopa maruchan, no era difícil sospechar o intuir que esos dos, más que amigos eran almas gemelas, una  especie de emparedado de crema de cacahuate con mucha crema de cacahuate, eso sí, ambos tenían por igual, algo que no los distinguía ni los relacionaba, ni siquiera los ubicaba en un plano real, algo que de ser apenas perceptible, pasó a ser algo imposible de ocultar,  y es que claro, ellos eran una lombriz de tierra y una gallina criolla.

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